Valentino Acuña habló en exclusiva con el canal oficial tras su participación en el Mundial Sub 17 con Argentina.
“Me iba de lunes a miércoles con la selección, entrenaba acá jueves y viernes para jugar los sábados. Lo que más quiero es jugar al fútbol y si lo tengo que hacer todos los días del año lo voy a hacer porque es lo que amo. Todo tiene su sacrificio y su esfuerzo”, palabras de Valentino Acuña que lo describen perfectamente.
La historia del 10 con la pelota comenzó a los 3 años en Bancario y continúo rápidamente tan solo meses más tarde con su inclusión en la Escuela Malvinas para iniciar su camino junto a la Rojinegra. Como si fuera poco, años más tarde sumó la práctica de futsal, también con los colores más lindos: “Los sábados a la mañana jugaba futsal y por la tarde en Malvinas”.
Como no podía ser de otra manera, Valen es hijo de una “familia leprosa hasta la muerte”, por lo que desde que tiene uso de razón, él es hincha del Glorioso Newell’s Old Boys. Comenzó como delantero, goleador, y con su paso al fútbol juvenil en el predio años más tarde también apareció una nueva posición: Marcelo Belluschi lo retrasó algunos metros en el campo y “le fui sumando cosas a mi juego”.
Para el 10 es “un orgullo ser parte de las divisiones menores del club que amo, quiero jugar acá todo el tiempo que pueda”, expresó y agregó que “los mejores recuerdos son los clásicos ganados y los goles a Central”. El 2023 fue un año de grandes rendimientos para Valentino con la 2006 de Newell’s, desempeños que le permitieron seguir siendo convocado a la selección Argentina Sub 17, pero ahora con participación en eventos como el Sudamericano y posteriormente el Mundial de la categoría.
“El paso a la selección fue difícil pero muy lindo. Son todos buenos. Me costó al principio pero pude llevarlo bien. Di lo mejor de mí para ganarme el lugar y ayudar a mis compañeros”, comentó Valen, quien antes de la cita mundialista temió por su lugar en la lista de seleccionados: “Fue difícil, yo venía de una lesión, pero me llamaron, me dijeron que esté tranquilo y que me iban a esperar a que me recupere, eso me dio muchas ganas de entrenarme y por suerte me citaron al Mundial. Estoy muy contento por el sacrificio que hice junto a mi familia. La gente del club también me ayudó mucho, me aconsejaron y se los agradezco mucho porque sin ellos no hubiese llegado”.
Ya en Indonesia y a diferencia de lo que sucedió meses atrás en Ecuador por el Sudamericano, Valentino se metió en el once inicial en la consideración del entrenador Diego Placente y fue titular en el debut frente a Senegal, repitiendo días después en un duelo crucial ante Japón, donde marcó su primer gol en un Mundial: “Tuve la suerte de que mi familia esté ahí, fue hermoso. Poder dedicárselo a ellos que siempre están es algo que he soñado muchas veces”.
La victoria ante Japón y la posterior goleada frente a Polonia metieron a la albiceleste en la siguiente ronda y la ilusión comenzaba a crecer. En octavos superaron a Venezuela y en cuartos aparecía ni más ni menos que el clásico rival: Brasil. “Ese partido fue hermoso, me acuerdo que fue el único en el que me puse un poco nervioso. Salimos a la cancha como siempre, con la confianza en el otro y así fue. Ganar contra Brasil 3-0 y dejarlo eliminado de un Mundial es hermoso”, expresó.
Luego tocó enfrentar por las semifinales a Alemania y en un partido de locos, los alemanes se quedaron con la victoria por intermedio de los penales tras igualar 3-3 en el tiempo regular. Argentina se quedaba sin final y debería enfrentar a Mali en busca de la medalla de bronce: “Nos pegó muy duro, estábamos ilusionados con llevarnos la copa. Fueron días difíciles porque era el único Mundial Sub 17 que íbamos a jugar”.
Pese al gran torneo realizado, por detalles los chicos no pudieron regresar al país con medallas en el cuello, sin embargo, representaron de la mejor manera a la Albiceleste: “Teníamos la ilusión de darle al país el primer Mundial de la categoría, quisimos quedar en la historia pero no se nos dio. Muy contento de que el país nos haya apoyado, que se hayan levantado a vernos. Queríamos traerles la copa. Dejamos todo para que se sientan representados”, añadió Valentino.
Ahora el 10 de la Lepra aprovecha los días de descanso antes de volver a calzarse los botines para iniciar un nuevo año de entrenamientos y desafíos: “Lo más importante es seguir entrenando, no relajarse, ir por más. La oportunidad va a estar y cuando llegue buscaré dejar todo para seguir creciendo como jugador de fútbol”.