Palmares

Aquel campeonato se definió por medio de un cuadrangular. Por la zona A, Rosario Central se ubicó como primero sobre Huracán, mientras que la Lepra lideró el grupo B por encima de Boca Juniors, mostrando un juego vistoso y elegante al toque.

Los equipos de la ciudad definirían el nuevo campeón y por sorteo fue elegida la cancha de Central como escenario de la final. A Newell’s un empate le alcanzaba para coronarse, mientras que los locales debían imponerse para forzar un desempate. Cuando estaba por finalizar la primera mitad del partido, los de arroyito convierten de penal. Promediando en el segundo tiempo, estiran la ventaja a dos goles, pero un minuto después llegaría el descuento de Newell’s con un tanto de Capurro para acercar posiciones.

Como si se tratara de un sueño o el guión ya estuviera escrito, a nueve minutos del final, el diez del rojinegro recibió de frente al arco auriazul una pelota que le baja Magán. La agarró con violencia y precisión desde el borde del área grande para que el balón ingrese en el ángulo izquierdo de la valla que defendía Biasutto. El zurdazo de Mario Zanabria decretó la igualdad final del partido y provocó la algarabía del pueblo leproso que gritó campeón en la cara y en la cancha de su eterno rival.

Aquel 2 de junio de 1974 sería una fecha que quedó grabada a fuego en el corazón de todos los leprosos. El primer título, con la conducción de Juan Carlos Montes y con jugadores como Cucurucho Santamaría, Alfredo Obberti, Mario Zanabria, Tito Rebottaro, Juan Ramón Rocha, Carlos Picerni, José Luis Pavoni y muchos otros.

 

 

 

 

Tan solo dos años después de levantar su última copa, Newell’s Old Boys volvería a gritar campeón del fútbol argentino.

Al buen andar leproso, que seguía forjando futbolistas de renombre en sus divisiones inferiores, se sumó la presencia y sabiduría de un Loco como Marcelo Bielsa. Para muchos un adelantado, fanático de la Lepra como hincha y apasionado por su labor.

Newell’s transitó aquel campeonato Apertura con un grupo formado en su mayoría por futbolistas surgidos en las juveniles, jugadores que demostraron sentir los colores rojo y negro. Pochettino, Gamboa, Saldaña, Martino, Scopponi, Llop, Franco, Berizzo y Zamora eran solo algunos de ellos. El equipo llegó a la última fecha dependiendo de sí mismo, la victoria lo coronaba, pero igualó en un tanto contra San Lorenzo en la cancha de Ferro. Al mismo tiempo, River, su más inmediato perseguidor, enfrentaba a Vélez Sarsfield. El partido leproso culminó con ocho minutos de diferencia respecto al que dictaminaría si gritaba campeón o no. Ocho minutos que fueron eternos para los hinchas presentes y los jugadores dentro del campo escuchando por las radios.

Sobre el final, Vélez marcó el 2 a 1 e incluso el Pato Fillol, en el día de su retiro, contuvo un penal que dio al Rojinegro la posibilidad de festejar su tercer título. Fueron 28 puntos en 19 jornadas (todavía las victorias sumaban de a dos puntos) para el equipo que festejó sobre el alambrado con los leprosos que se habían acercado a Caballito. Fue el 22 de diciembre de 1990 cuando al grito de “¡Newell’s carajo!”, Marcelo Bielsa se encaminó como ídolo.

 

 

 

 

Prácticamente pasó un año entre el cuarto y el quinto palmarés del Club Atlético Newell’s Old Boys. El 3 de julio de 1992, llegó la nueva estrella al Parque Independencia. Los dirigidos por el Loco Bielsa se quedaron con el Clausura tras imponerse en la tabla de posiciones, relegando a Vélez Sarsfield a la segunda ubicación.

Aquel plantel contaba con varios jugadpres que habían sido partícipes de la epopeya en La Bombonera y afrontaba un nuevo certamen jugando paralelamente la Copa Libertadores de América. Debido a ello, decidió afrontar el clásico rosarino con un equipo alternativo que, aun así, se impuso por 1 a 0 con el recordado tanto del Pájaro Domizzi. Aquel triunfo por la tercera fecha significó más que tres puntos y la Lepra logró una racha de catorce partidos sin conocer la derrota.

El equipo alcanzó los 29 puntos en 19 jornadas disputadas (se computaban dos puntos por victoria), la valla menos vencida y solo una derrota para festejar el domingo 5 de julio en cancha de Platense, donde igualó en un gol para cerrar el campeonato.

Con el hecho ya consumado en la semana, como consecuencia de que su más inmediato perseguidor no había podido conseguir la victoria, los leprosos coparon Vicente López y festejaron la quinta estrella en la historia del Rojinegro.

Nuevamente, al mismo tiempo Newell’s alcanzó la final de la Copa Libertadores pero cayó por penales ante el recordado San Pablo, del famoso director técnico Telé Santana.

 

 

 

 

Otra larga etapa sin grandes logros y con momentos malos en el transcurso. Un subcampeonato en 2009 que no fue fácil de digerir y la pelea por evitar la temible zona de los descensos.

Newell’s se encontraba en los puestos bajos cuando comenzaba el 2012 y fue Gerardo Martino, quien ahora como entrenador, tomó las riendas de aquel plantel para comenzar un interinato extraordinario que enamoró a propios y extraños.

La Lepra se animó a pelear el campeonato y sumó en la lucha por alejarse de los promedios aunque aún quedaba camino por recorrer. Al plantel se sumaron viejos conocidos de renombre mundial como Maximiliano Rodríguez, Gabriel Heinze e Ignacio Scocco, a otros como Lucas Bernardi y Diego Mateo que ya se encontraban en el equipo, y que compartían la misma formación en la cantera leprosa. Con un juego vistoso, el Rojinegro volvió a pelear el campeonato pero no alcanzó para coronarse. El sentido de pertenencia de los jugadores leprosos que volvieron a dar una mano asombraba al fútbol de todo el mundo.

La tercera sería la vencida y el 19 de junio de 2013 la ciudad se tiñó de rojo y negro para festejar la séptima estrella con una caravana que comenzó con el plantel en el aeropuerto rosarino y concluyó en el Monumento Nacional a la Bandera. Es que la Lepra debió disputar aquel miércoles por la tarde un encuentro correspondiente a la Copa Argentina en Chaco, mientras horas antes Lanús, segundo en el campeonato, había desaprovechado la oportunidad de vencer a Estudiantes en La Plata para llegar con chances de campeonato a la última fecha. El granate cayó y el plantel leproso festejó en la concentración mientras los leprosos salían a las calles rosarinas.

Newell’s festejó obtención del campeonato como un logro resultado del sentido de pertenencia de sus jugadores. Aquel plantel sumó 38 unidades en 19 partidos, la cifra récord de 40 goles a favor. Además, el equipo alcanzó las semifinales de Copa Libertadores y dejó el sello de ser uno de los mejores equipos argentinos en los últimos años, reconocimiento que le valió a su director técnico, Gerardo Tata Martino, ser en la siguiente temporada el entrenador del Barcelona y, más tarde, de la Selección Argentina.