Las leprosas se impusieron 2 a 0 ante Talleres y jugarán en la máxima categoría del fútbol argentino.
El día sábado quedará en la memoria de todos y todas como la coronación de un trabajo que lleva años de sacrificio..
La final por el reducido del ascenso, que otorgaba el último cupo disponible para jugar en Primera división, era nada más y nada menos que ante Talleres. Ambos equipos se enfrentaron en varias oportunidades durante el último tiempo, generando una fuerte rivalidad entre las jugadoras.
La cita final era en Córdoba porque las matadoras habían terminado mejor posicionadas en la tabla general y tenían la ventaja de la localía.
Las leprosas salieron al césped de La Boutique con un clima adverso, tenso, como se viven las finales. La hinchada leprosa se ubicó detrás de uno de los arcos y marcó su presencia durante todo el partido.
El equipo que dispuso Miguel Fullana salió a la cancha con las titulares habituales que formaron de la siguiente manera:
Rengifo; Sabransky, Tokman, Vives, Inglese; Luna, Chazarreta, Orrego; Bastus, Mansilla y Caffaro.
El partido comenzó con Talleres atacando y Newell’s aguantando las embestidas del local.
A los 26 minutos del PT tras una jugada colectiva, le cometieron una falta a Jula Bastus en la puerta del área y fue Feline Tokman quien tomó la pelota para hacerse cargo del tiro libre a favor. La vikinga acomodó, tomó distancia y pateó el tiro libre más preciso y más trascendental de la historia para las pibas. La pelota pasó la barrera y se metió en el arco pegando en la red interna del lado izquierdo de la arquera, que nada pudo hacer.
Las almas leprosas se unieron en un solo grito de gol que se escuchó hasta Rosario. Con el partido 1 a 0 fue Talleres quien tuvo la responsabilidad del partido.
Newell’s supo ir llevando el encuentro y superando los escollos de las lesiones, pues tuvo que salir la danesa con un problema en la rodilla y la colombiana que tampoco daba más.
A los 69 minutos ingresó desde el banco el último y tal vez más influyente cambio del equipo, puesto que Damaris «Peque» Sequeira se anotaría en las páginas donde se escriben las hazañas de la institución.
Cuando el partido se complicaba y costaba cerrar, la Peque en una jugada individual con la defensora rival encima, se las ingenió para sacar un zurdazo implacable desde afuera del área. La pelota viajó alta y lejos de la arquera que terminó tirada adentro del arco. ¡Golazo!
Gol, llanto, emoción, desahogo, locura. Un grito que significó mucho más que el festejo de un gol. En ese grito está el pase a primera, la recompensa por la lucha, el premio al esfuerzo y el sueño cumplido de miles de pibas.
Llegaron. Jugarán el próximo año en la Primera División de AFA. Alma y corazón, algo que siempre tuvo este equipo, y como dicen en las arengas previas, lo dejó todo por Newell’s Old Boys.
¡Felicitaciones leprosas, son de primera!