Con nuevos liderazgos, Newell’s potencia su proyecto deportivo institucional impulsando el trabajo en equipo, la unidad y la comunicación entre las principales estructuras que conforman el fútbol rojinegro.
El proyecto deportivo integral de Newell’s avanza y se consolida, apoyado en un minucioso trabajo en conjunto que involucra a las diferentes áreas que componen la estructura del fútbol del club, comenzando desde las bases en la Escuela Malvinas Argentinas y atravesando las categorías de juveniles hasta culminar en la máxima categoría de AFA.
Día a día, la labor mancomunada entre los profesionales a cargo de cada uno de los niveles formativos y las divisiones superiores permite realizar un seguimiento personalizado del rendimiento de todos los futbolistas para garantizar el acompañamiento adecuado de cada jugador en su trayecto deportivo.
A la cabeza de este proyecto, marcando un cambio de rumbo esperado por socios e hinchas, se encuentran Rubén “El Mago” Capria, en su figura de asesor deportivo, y el profe Ariel Paolorossi, coordinador general de las divisiones formativas rojinegras. Tras su desembarco en la institución, ambos destacan la excelencia de los recursos que Newell’s pone a disposición del fútbol, con un predio deportivo único en el país, residencia para juveniles, escuela secundaria, gimnasios con equipamiento de última gama, equipos interdisciplinarios de médicos, kinesiólogos, nutricionistas y una avanzada organización orientada a obtener la mayor eficacia de todo este andamiaje.
Trabajo en equipo
Para El Mago, el alto rendimiento obliga a los clubes a buscar la excelencia y, con ello, la exigencia permanente. “Todos los días hay que evolucionar y mejorar lo ya mejorado. El fútbol se trata de individualidades en acoplamiento, por eso todos nosotros debemos buscar el bien común y acoplarnos”. Impulsor del diálogo y del trabajo en equipo, resalta a la comunicación como el elemento clave para un buen ensamblaje. “Hay que tener un vínculo cercano. Acoplarnos con el entrenador de la Primera, con el entrenador de juveniles, con el coordinador y profes de Malvinas. Creo a muerte en esta comunicación entre las áreas. Cuando los clubes encuentran esa dinámica y la vuelven sustentable, tienen menos margen de error”, enfatiza Capria.
“Mi rol como asesor deportivo empieza por diagnosticar cómo está esa comunicación entre todas las áreas –continúa-. Los resultados no se van a ver mañana mismo. Es un rol muy importante para ayudar a administrar las emociones: contener, apaciguar, forjar el temple para estar tranquilos, trazar una hoja de ruta deportiva, alcanzar una convicción. Acepto que mi rol es como hacer una casa, cuando primero estás haciendo el contrapiso y la casa todavía no se ve…. El deporte suele tener gratificación tardía”.
“Uno de mis objetivos es sacar los mejores resultados al menor costo posible, darle una identidad al equipo y valorar todo lo que somos como institución. Soñar no tiene techo. El fútbol tiene una dinámica que sorprende, muy cambiante. Hay que estar preparado para diagnosticar rápido, corregir y achicar el margen de error”, explica.
Al frente de la estructura de juveniles, Paolorossi coincide con esta mirada integrativa. “El aporte y la mejora que puedo hacer en Newell’s viene de los años que llevo como especialista en el fútbol juvenil trabajando en la formación. En un día habitual, llego al Centro Griffa a las 7 de la mañana y me voy cerca de las 18. Hablo mucho con entrenadores y profes, y con los referentes de las áreas de captación, kinesiología y nutrición. Me gusta mucho estar en el campo, mirando a los jugadores. La coordinación siempre debe tener una mirada más amplia que la de los entrenadores de cada categoría”.
“Para que mi trabajo resulte eficaz, mantengo interacción permanente con las diferentes áreas del club: con la primera, con reserva, con toda la estructura de juveniles y con Malvinas. Newell’s es todo esto. Con El Mago compartimos el día a día. En las juveniles leprosas encontré buenos futbolistas, una estructura excelente para trabajar y buenos profesionales al mando”, destaca “El profe”, como lo llaman los chicos.
El capital humano
Como aristas de un proyecto deportivo integral, Capria destaca cuatro patas fundamentales: fútbol profesional, fútbol formativo, el estilo de juego de un club y la capitalización humana. Tal como lo define, “el gran valor de un club es su capital humano, el valor intangible: ese hincha que va a la cancha incondicionalmente, ese jugador que juega con compromiso, ese trabajador que cumple su tarea en el club y aporta en silencio sin que nadie lo mire”.
La identidad del Rojinegro
Amante del fútbol y del análisis de este deporte, Capria se detiene a analizar los rasgos que construyen la marca Newell’s. “La identidad o el estilo de Newell’s ha sido siempre muy claro, y pasa por encontrar ese mix perfecto entre jugadores jóvenes de enorme calidad con jugadores ya consagrados, como ha pasado en la mayoría de los equipos campeones del Rojinegro. Hay que aspirar a ese mix de experiencia y juventud”, resalta.
Y se explaya: “Manteniendo un vínculo estrecho con el coordinador de juveniles e infantiles, y sosteniendo un hilo conductor entre las áreas, se puede ir trasmitiendo a los chicos un estilo identitario del club, que en el caso de Newell’s tiene que ver con desplegar un fútbol audaz, que inicia y propone las jugadas. Hay que romper con esa mala lectura del fútbol actual de que la estética y la eficacia no van de la mano. Newell’s ha dejado una marca imborrable en el fútbol argentino mostrando que el fútbol bien jugado es eficaz. No solo hay que discutir el objetivo final de ganar o perder, sino también cómo es el camino para llegar a eso; qué calidad de juego se expone. El futbolista del estilo de Newell’s es un jugador que se siente empoderado desde el buen juego y que por lo tanto es mucho más completo y no se vuelve temeroso. Está claro que los equipos que han salido campeones en Newell’s siempre tuvieron un muy buen fútbol, que a la larga es lo que te hace ganar. Y el buen juego es jugar con autoridad, tener el carácter para tener la pelota y manejar el partido”.
Juveniles que prometen
Con excelentes resultados al frente de juveniles y reserva, el nombre de Ricardo Lunari se suma a la estructura de quienes hoy lideran al fútbol leproso. Hombre de la casa, querido por todos y reconocido por su pasión hacia Newell’s, acaba de asumir como flamante DT del primer equipo, reavivando las ilusiones y trayendo una renovación muy bien recibida por la familia leprosa.
Sobre el proyecto deportivo, pondera que el club haya “apuntado a gente que valora mucho la formación, no solo del futbolista sino también de los jugadores como personas, con valores y enseñanzas como siempre tuvo Newell’s en su historia”. Según describe, “la llegada de Capria, Paolorossi y también de Iván Borghello están apuntadas a que el club pueda trabajar en la formación de las inferiores para poder ir surtiendo a las categorías superiores de chicos formados en la cantera”. Y, quizás, “cumplir ese deseo de todos de que Newell’s vuelva a ser lo que fue en los 80 y 90, con equipos formados ante todo por futbolistas nacidos acá”.
“La actualidad de los juveniles del club es muy buena –completa el entrenador-. Es una gran etapa en cuanto a resultados, con las seis divisiones de AFA logrando un cuarto puesto en la tabla general, lo que habla de un trabajo con grandes frutos y con chicos que en cada categoría van creciendo día a día y van a ir pasando a las divisiones superiores cada vez con un mejor nivel”.
Ariel Paolorossi define a Newell’s como “la mejor cantera del fútbol argentino”. Tiene en claro que “un gran desafío del club es volver a recuperar su lugar como lo que siempre fue: un formador de futbolistas”.
“La gente debe comprender que los resultados de un proyecto de fútbol juvenil se ven a mediano y largo plazo. Desde la sexta hacia las categorías más grandes uno ya puede tener dimensión de lo que puede llegar a ser un jugador. Hay quienes pueden debutar en edades más tempranas, a los 17 o 18 años, pero los apuros no sirven porque aceleran los procesos. Un jugador de elite también puede debutar tranquilamente a los 20, 21 o 22 años. Mientras tanto, me gusta que se acostumbren a pasar por diferentes sistemas tácticos durante su etapa formativa, que aprendan a manejarse entre diversas variantes y lleguen bien formados a primera”, agrega el santafesino oriundo de la localidad de Arteaga.
“A los chicos del club hay que llevarlos despacio, rodearlos muy bien y no taparlos –acota Capria-. Es importante un DT que confíe en ellos y asuma el riesgo. Como señalé, creo en un mix de jugadores ya consolidados jugando junto a estos jóvenes que ponen todo su talento, su frescura y su espontaneidad al servicio del club y del primer equipo. Es una forma de potenciar el activo de la entidad, que son nuestros jugadores. Hoy, tenemos muy buenos futbolistas en las formativas, solo hay que ir llevándolos despacio e ir plantando las semillas. No vivir de las urgencias del fútbol; salir del cortoplacismo tan instalado”.
También Lunari conoce perfectamente del apuro por ver descollar a las jóvenes promesas en el primer equipo. Sin embargo, coincide en que “los chicos se deben insertar en la primera división cuando estén preparados, sin forzar los tiempos”. Con su ojo entrenado, sabe reconocer cuando los jugadores ya están en condiciones de subir a los planteles de reserva y luego a primera. “Llega un momento en que la fortaleza física, apoyada en una buena base técnica y en conceptos tácticos claros, nos va mostrando cuándo es el momento ideal para que el chico, que inició muchos años antes su formación, dé el salto final para integrar el plantel superior. Para eso es muy importante estar atentos a los rendimientos en la división reserva”.
“La clave para optimizar el camino del semillero al Coloso es el trabajo sostenido de todos los días”, recuerda Paolorossi. “Hoy Newell’s está muy bien en toda su infraestructura y también en resultados en juveniles, peleando mano a mano con River, Vélez, Lanús. El resto de los equipos están por debajo hoy en juveniles, y eso es porque hay buenos jugadores. El hincha debe destacar esto”.
El apoyo incondicional de la gente
Desde su arribo al club, el Mago Capria sabe que apoyar en el apuntalamiento emocional de los jugadores es un factor que hará la diferencia en poco tiempo. “El fútbol muchas veces te enfrenta cara a cara con malas rachas, y hay que revertirlas con personalidad y actitud. Pero la buena energía también se empieza a propagar y compensa –comenta con entusiasmo-. Ante Tigre la cancha mostró su respaldo al equipo; el público aplaudió rendimientos y también el desempeño de Ricardo como nuevo DT, y todo ello es una muy buena señal. Fue un gran gesto de la gente reconocer al equipo así, y se sintió mucho en el campo de juego esta linda comunión que se dio entre todos en el estadio. Así nos vamos a poder ir fortaleciendo entre todos, porque el fútbol es físico y es técnico pero también entra a jugar el espíritu. Se sale de los momentos adversos permaneciendo todos juntos. Realmente el respaldo del público rojinegro de local es impresionante; yo lo viví también cuando jugué y fue maravilloso. Se siente mucho en la cancha cuando la gente te respalda y canta todo el partido, y alienta las buenas jugadas”.
“A los clubes los hacen las personas que los gestionan, cada uno en su área, así como el apoyo incondicional de su gente. Un club debe siempre aspirar al continuo crecimiento de toda su infraestructura, de su masa societaria y de su capital deportivo. Eso se construye entre todos. Hoy el club está bárbaro, tiene un predio espectacular, un estadio que está creciendo. Eso es sustentabilidad”, concluye El Mago.
Disfrutar para ganar
Querido por todos en la familia leprosa por haber integrado el plantel campeón del Apertura 2004, Rubén Capria se adentra en las memorias de aquella conquista, de la que se cumplirán veinte años el próximo diciembre.
“¿Qué recuerdo de mi época de jugador en Newell’s? Cuando uno gana un campeonato es tan efímero al final ese momento que te hace valorar todo el camino que te llevó hasta ahí. Recuerdo que cuando hacíamos la pretemporada, yo vislumbraba ya esa conexión entre los futbolistas más grandes, que hacíamos un rol de contención, y los jóvenes que asomaban y que jugaban bárbaro. Ese año culminó con el campeonato y a los pocos días nació mi primer hijo. Tengo todo el proceso de esos últimos meses atesorado en mi memoria. Hay una foto que me lo recuerda: yo estaba gritando el campeonato de Newell’s en la cancha de Independiente y la veo a mi esposa embarazada en la tribuna, festejando con su panza. Fue imborrable; una doble alegría. Pero me paro antes del momento de ganar el campeonato: el camino que llevamos hasta ahí fue extraordinario. Esa es la visión que quiero que el futbolista de Newell’s tenga: que disfrute del caminar. Yo creo que ganás porque disfrutás. Hay que soñar, atreverse y disfrutar el camino”.